Me llamo Dachmek y soy adicto

A varias cosas, por supuesto, ya lo dice el dicho “hay q tener al menos dos vicios, uno solo es demasiado”. Y si bien te ha parecido q las pastillas lo son, nada mas lejos, son como dije, mi ultimo recurso, por lo general no me gustan en absoluto. Me desconcierta, el no saber, “exactamente”, lo q tomo, q quieres q te diga, yo tengo esa manía… entre muchas otras y esa casi la puedes pasar por alto.

Pero no divago, te respondo, como tu querías, diría, si los achaques no me fallan, y no se encontraba retenido en una de esas neuronas q me quema el alcohol, q fue hace año y medio, quizá algo mas. Por aquel entonces, tenia, como sufro hoy por hoy, una de esas etapas de insomnio, recuerdo q se prolongaba mas de lo habitual, había intentado en vano, hacer ejercicio con la ingenua intención, de ver mi cuerpo mutilado por el cansancio, q ansiara, mas el q yo, el caer rendido, rendir la tan ansiada pleitesía nocturna. Pero fue imposible, asi q al igual q otros hice lo q bien me negaba a hacer desde el principio, fui al medico. Para mi sorpresa, lo q me receto fue mano de santo, q se dice vulgarmente.

Estimo ahora, viéndolo con la sabiduría q produce la experiencia… tb el ensayo y error. Q si tan buenos resultados obtuve, fue por la combinación q hice de esta, con el cansancio físico. Pero como sabemos a q deriva esta historia, sabemos de igual forma q no pudo durar.

Y es así q llego el día, yo me había ido temprano a la cama, con esta mezcla corporal q os he comentado, cansancio + pastilla. Y fue de aquellas veces, q uno se termina de tapar y cerrar los ojos cuando suena el teléfono. Muy desconsolada, al otro lado de la línea, se encontraba mi ex, para mas señas diré, q era la ultima, y aunq como era habitual en mi, y había terminado de mala manera con ella, todavía me hablaba, supongo, mas q nada por q teniendo ciertas amigas en común, no era lo mas adecuado, q nos enzarzáramos en una guerra campal. El caso era, como no, q había tenido problemas con su novio. ¿Q por q me llamo a mi?, por q soy un crápula, y es q a altas horas de la madrugada pocas personas puedes llamar sin molestar, para pedirles q salgan a hablar contigo. (Nosotros no tenemos ese problema por q somos todos unos crápulas, sobretodo Durden q es el peor y líder de todos, es mas, un gambitero).

Hasta aquel momento yo nunca había puesto aprueba los efectos soporíferos del medicamento, por ello me negué en un primer momento, pero hay pocos hombres (q yo conozca), q se resistan a las lagrimas de una mujer (sobretodo si tienen algún tipo de relación con ella), y desde luego, yo no soy uno de ellos.

Y al final accedí, me volví a vestir y salí. Sabia q iba a estar adormecido, pero no debería ser mucho, la teoría era, q aunq tiene un efecto soporífero, es leve, el efecto clave del medicamento en cuestión, es q cuando por fin duermes, te produce un sueño mas profundo, ininterrumpido. Y duermes algo asi como 8 horas del tiron. Asi q supuse q no me caería redondo en mitad de la calle, por lo cual, como bien he dicho y bien sabeis, accedi.

Quede con ella, a mitad de camino entre nuestras posiciones originales. Donde casualmente hay un parque. Llegue antes, cosa habitual en mi, y pude verla llegar, con su novio, el cual tenia cara de pocos amigos, ¿por q me odian los novios de mis ex?, aun diria mas ¿por q se odian los novios/as y los ex de sus parejas?

(Anotación mental: posible futuro post; Añadir a “¿Q es el mal?”, tema filosófico recurrente en la sesión de cervezas de esta noche, eclipsando al tb recurrente “Leones: Apareamiento y otras costumbres” y al notorio a la par q controvertido “Ñus: evolución y conquista mundial” y si, nos referimos a los animales).

Nos sentamos en un banco del alegre parque, y comenzó a comentarme todos sus problemas, no recuerdo nada de lo q dijo, mas q nada por q no escuche nada, pero fue algo largo. No me entendáis mal, no es q pasase de ella miserablemente, yo no hablo mucho, mas bien nada, pero escuchar es algo q no me aturde, le encuentro cierto encanto a ese desglose personal q hace la gente, cuando muestra su punto de vista, si te fijas y escuchas atentamente, podrás ver partes de ellos q no veías antes. Y siempre esta bien conocer mas profundamente a tus enemigos… o aquellos q pueden convertirse en uno.

Pero nada mas lejos de la realidad, lo q acontecía en mi mente, era la agradable charla q yo estaba teniendo con los arbustos y matorrales del parque en un maravilloso montaje en paralelo a la otra “conversación”, ciertamente yo no apreciaba el montaje, mi atención se centraba en esas caras verdes q entreveía en las hojas ramas y demás artículos accesorios del mundo vegetal. Ellos eran mis apuntadores personales, me decían lo q debia decir, yo solo repetia, era como E.Norton en el club de la lucha y aquellas plantas eran mi Tyler Durden vegetal personal. “Me caí por las escaleras”.

No se si muchos habéis hablado en alguna ocasión con una planta, pero estimo q a casi ninguno le respondía. Solo puedo decir q aparte de interesantes, lograron q no volviera a mirar a las plantas q tengo por casa de la misma forma.
El panorama no fue a mejor, tras despedirme de mis verdes amigos, me encontré teletransportado en mi casa, para mas señas, mi cama, donde obnubilado me vi acometiendo algo q me había jurado por todos los príncipes demoníacos q había logrado recordar, q nunca, jamás, volvería a hacer.

(Esos típicos juramentos chorras q de vez en cuando, nos da por hacer a los tíos. Deberíamos aprender q eso es el primer paso q te lleva a romperlos)

Comentare a modo de anotación, q aquella sesión de sexo, fue al menos en mi caso, (q no en mi mente), un tanto orgía, no por q como tantos otros, lo hiciera con una y pensara en otra, sino por q realmente creí hacerlo con, si las drogas no me engañan, 3 mujeres diferentes, olvidándome por supuesto en cada “acto” de con quien estaba, o con quien creía q habia estado, y q coño para “olvidar” hay q pensar y yo hacia rato q ya no lo hacia.

Mi acompañante por otro lado, debió entender q algo iba mal cuando la llame por cuatro nombres distintos.

Me desperté a la mañana siguiente (gracias a quien sea menester, por estos pequeños detalles), mi mente era un caos, y cada recuerdo q se atrevía a presentarse en mi horizonte mental me dejaba mas estupefacto q el anterior, allí, sentado en el borde la cama, me sostenía la cabeza con las manos por miedo a perderla, ridículo no obstante, estaba claro q ya la había perdido la noche anterior, lo q debí sujetarme eran los ojos, q amenazaban con caerse de sus cuencas.

Mientras en el alfeizar de mi ventana, una de mis plantas me sonreía satisfecha.