jueves, marzo 10

Uno de esos dias.

Y esta claro q me refiero a los míticos. Tengo las manos parcialmente congeladas y no escribo con soltura. Pero haré un esfuerzo por continuar. Cierto es q lo q mas me molesta ahora es no poder sacar las fotos de la camara de mi móvil y poder colgarlas con este post.

Como introducción dire, q la noche no estuvo mal, entretenida con los colegas, hablando, riendo, tomando unas cuantas copas, pero no demasiadas, q mañana vamos a comer y no podemos faltar. Además llevamos toda la semana asi, y un corredor de fondo debe saber cual es su ritmo, o por lo menos q ritmo necesita para poder terminar la carrera. (No hablamos de ganarla).

Volvía a casa caminando como tantas otras veces. Mi ciudad, creo q nunca os hemos hablado de ella, (o cometido el error de mencionarla), es una ciudad del norte, digo esto por el frió, pero mi intención era constatar las cuestas. Aunq capital de provincia, no es una ciudad grande, lamentablemente la zona de salir, de las copas, de la movida, la zona en la q nos movemos como anguilas borrachas en mitad de la noche, esta en la zona vieja, q casualmente queda hacia debajo de la ladera. Cuando he de regresar he de arrastrar mis piernas de borracho a la par q alcohólico, cuesta arriba hacia mi casa, soñando con el calor de mis sabanas y con un despertar mejor.

Hoy subí, como casi siempre, ha buen ritmo las cuestas q me separan de mi meta, superadas las pendientes, hay como un pequeño receso, una loma por la q puedes degustar el caminar, justo antes de volver a bajar y subir la siguiente (q ya es la ultima). Fue en ella cuando yo sin quererlo siquiera, pensé en vosotros, os había hablado de lo mucho q me gusta escuchar música en el silencio de la noche. Y pensé q quizá me había expresado incorrectamente, lo bonito de la noche es el silencio, por le dia cuando vas por la ciudad, por muy alta q tengas la música, el ruido de fondo existe, y hace, por lo menos en mi caso q no disfrute de ella como debiera. Pero en la noche existe el silencio puro, el ambiente perfecto, parece q la ciudad canta, q los edificios respondes a tus murmullos, q los árboles se mecen ante tus tarareos.

Lamentablemente hoy no pude disfrutar mucho de eso.

Bajaba la cuesta, cuando en mi campo visual algo llamo mi atención, en mi camino hay una rotonda, un punto de convergencia de varias calles importantes, la isla central esta coronada con una enorme a la par q vistosa fuente. Delante de ella una camioneta, de considerables dimensiones entorpecía mi visión, un extraño lugar para detenerse habia elegido aquel conductor, no pude sino olvidarme e mis pensamientos y centrar la atención.

Por la acera de enfrente subia una pareja, chico y chica, ambos parecían estar bien borrachos, primero pensé q tenían algo q ver, luego se asemejaron mas a la tipica pareja de borrachos q camina a esas horas por la calle. Volví a prestar atención a la camioneta.

Estaba mas abajo y podía ver otro coche, un accidente pense, los hombres de la camioneta llevan chalecos reflectantes, casi un mono de trabajo, el 3º hombre, rebuscaba en el coche y parecía no hablar con nadie en particular, la gente se encontraba fuera de lugar.

Fue entonces cuando me percate, aparte de los destrozos varios q tenia el coche, este habia saltado el bordillo, se había introducido en la isla, y se habia estrellado en la fuente. Dantesco. Pero entrañable. Estaba bastante cómico con todo el morro introducido en el agua, como si hubiera llegado justo al borde y tras balancearse hubiera cedido a la gravedad y caído al agua.

Me detuve y observe la escena con toda mi atención, toda la q el ciego me permitía claro. EL hombre del buga dio largas y salio cojeando (pero a buen paso) detrás de la pareja de borrachos q habia observado anteriormente. Los hombres de la camioneta como queriendo evitar meterse en un lio se subieron y se piraron raudos. Algunos coches pasaban, en su interior los borrachos miraban boquiabiertos. El 3º hombre alcanzo a la pareja, y junto con su compañero comenzaron a arrastrar a la pobre mujer. Volvi a mirar al coche antes de seguirles con la mirada unos segundos, pensado para mi si acaso ella mas q borracha estubiera herida.

Asi pues hice lo q cualquiera en mi situación hubiera hecho. Me acerque al siniestro, saque el movil, y me puse a hacer fotos entre risas de borracho.

Retome mi camino hacia casa, mientras pensaba q era demsaido tarde como para compartir esto con nadie, atravesé la mediana, esquive varios coches, y acelere el paso. A mi lado, las luces de la policía me deslumbraron. Se pararon un momento y pense para mi… “mierda”.

Pero siguieron, siguieron hasta el final de la calle, giraron y vinieron por el otro carril para pararse a mi vera. “mierda”.

Agente: Documentación

(Me quito los cascos, un guante, y torpemente comienzo a sacar mi cartera.)

Agente: ¿Ha visto el accidente?

(Se serio, responde rápido y conciso y q cada uno siga su camino)

Yo mismo: Mas me gustaría! Ja ja ja. (Mierda)

(Entrego mi carné caducado)

Agentes con cara de escepticismo: ¿De donde viene?

Yo: De abajo, de tomar unas copas. (Sobraba, ellos ya lo han notado).

Agentes mirando mi carné caducado: ¿Ha visto a alguien?

Yo, saliendo del paso: No.

Agente 1 habla por radio

Agente 2 : ¿Vio por donde se fueron?

Yo, no es momento de cagarla: No vi nada.

Tras lo cual, parece q recibieron alguna noticia, me devuelven el carné y me despachan rápido dándome las gracias. Estaba claro q un cojo y un borracho no podrían arrastrar a una mujer lo suficientemente rápido lo suficientemente lejos.

Optimizo mi gesto en un angulo extraño, y saboreo la disparidad, la sensacion de extrañeza, el fuera de lugar. Los cascos suenan en mis hombros, habia olvidado apagar la musica, y nuevamente me llama y me atrapa. Pensaba q este tipo de cosas, solo le pasaban a piwi.